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Tribunal (Constitucional) en fuga

Por: Marcial Soto Sánchez

Dicen que la realidad peruana supera a cualquier ficción. De ser cierta dicha afirmación, el Congreso de la República supera nuestra realidad. El pintoresco Poder Legislativo nos presenta en estas semanas uno de sus shows más sorprendentes: la fallida elección para el Tribunal Constitucional.

La función empezó el miércoles pasado cuando, con 84 votos a favor, 20 en contra y cinco abstenciones, el Congreso eligió, sin debate, a Luis Alarcón (APRA), Gerardo Eto (PN), Vladimir Paz de la Barra (UPP) y Javier Ríos Castillo (Fujimorismo) nuevos miembros del Tribunal Constitucional. Para empezar, dicha elección representó según El Comercio,”una repartija de poder” entre cuatro de los bancadas que lograron ponerse de acuerdo, en forma anecdótica en menos de media hora, cuando la Presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, exhortó Aurelio Pastor, Presidente de la Comisión Evaluadora de las Elecciones, presentar ante el pleno la propuesta de de candidatos para el Tribunal Constitucional (TC).
Aurelio Pastor, quien a las 11 y media de la mañana aún no tenía la lista, haciendo gala de una extrañísima eficacia, tenía todos los nombres de los candidatos para el mediodía.

Las pataletas del “baile de los marginados”no se hicieron esperar, esta vez más para bien que para mal, pues haría ver más de un gran error cometido en las elecciones.

No todos los que han sido elegidos estaban entre los primeros lugares de calificación

, manifestó el vocero de UN, Javier Bedoya, al salir del Palacio Legislativo, cosa que se descubriría con el pasar de los días. Pero quien puso de cabeza todo fue el primer ministro, Jorge del Castillo, quien afirmó en la noche, que al haberse realizado la elección en bloque hay una causal de nulidad, pues la votación debió ser individual.

El encargado de poner la nota vergonzosa fue Ríos Castillo, pues se confirmó que almorzó el martes, en la víspera de la elección, con el ex secretario general aprista Agustín Mantilla y Óscar López Meneses (vinculados con Vladimiro Montesinos) y dos oficiales del Ejército. El abogado tenía que defenderse de tal acusación, pero lo hizo al fiel estilo fantasioso político: manifestó que dicha reunión fue fortuita y que se sentaron a conversar de su diabetes. Pero eso no es toda la hoja de vida del candidato fujimorista, se sabe además que tuvo problemas con la justicia, pues en 1997, Ríos estaba oculto en EE.UU. y era buscado por la Interpol, pues la Sunat lo acusaba por defraudación tributaria. Por las amistades fujimostesinistas que tenía logró exculparse de todo.

Pasada la medianoche, la presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, dijo que se le pediría a Ríos que decline a fin de corregir una situación que se presenta anómala.

Para el día viernes 15 todo era caos en el Congreso. La duda era si se mantenía el proceso irregular y sólo se separaba a Ríos o anular todo lo efectuado.

Pese a que el día anterior dijo que no declinaría, con 64 votos, el Parlamento dejó sin efecto elección de Ríos Castillo al TC. El APRA persistía en dejar a los otros tres miembros electos, mientras que Acción Popular y UN pedían un nuevo proceso.
A estas alturas los juristas ponían el grito en el cielo vociferando que no había que darle tantas vueltas, el proceso era nulo en tanto no se respetó la Ley Orgánica de la Constitución al elegir en bloque a los candidatos y no individualmente como el caso ameritaba.

Por otro lado, el oficial mayor del Congreso, José Cevasco, quien, estaba en la obligación de asistir, apoyar y facilitar las tareas orgánicas y funcionales de los congresistas, puso su cargo a disposición luego de reconocer que supo de la reunión de Javier Ríos con Agustín Mantilla, el día anterior a la elección de los magistrados del TC, y no lo dio a conocer. Se sabe que en primera instancia, Mercedes Cabanillas, lo había sancionado de manera caritativa y hasta burlesca (con 15 días de suspensión sin goce de sueldo), pues según se dejaron entender los medios, sería uno de sus “engreídos”. Cevasco, al renunciar, dejó malparado a quien lo defendió, demostrando un acto de honorabilidad y dignidad nada consuetudinaria en nuestro ámbito político.
Ahora todo recaía sobre los hombros de Cabanillas y Pastor, quienes para entonces estaban un poco perdidos en tantas “peticiones navideñescas” de tantos partidos.

Las propuestas de uno y otro lado no se hacían esperar, cada uno con un punto de vista diferente. Ya nadie defendía lo inútil, todos querían una nueva oportunidad para tener representatividad esta vez, claro exceptuando a los 4 partidos mal elegidos.

Para el Lunes 18, El Comercio anuncia que se ha llegado a un consenso: anular las elecciones. El Presidente de la República, Alan García Pérez pide al Parlamento que no se pierda más tiempo, que se inicie ya unos nuevos comicios. Días anteriores había mandado a callar a sus “compañeros”, pues se veía una división del Aprismo, entre los que aún defendían la anterior elección y quienes no.
Paren de dejarse saludos en los periódicos, los trapos sucios se lavan en casa
, fue su mensaje.

Mientras tanto los voceros de las seis bancadas políticas -Partido Aprista Peruano, Unión por el Perú, Partido Nacionalista, Alianza Parlamentaria, Grupo Parlamentario Fujimorista y Unidad Nacional- buscaban una solución pronta y de consenso para desentrampar la controvertida elección de las cuatro autoridades del Tribunal Constitucional (TC), en una reunión acordada para la una de la tarde.

Todo apuntaba a que se haría lo que tenía que hacerse. Vale decir, no sólo aplicar el “método parche” reemplazando sólo a Ríos y dejando a los otros tres electos, si no tenía que hacerse unas nuevas elecciones. La situación lo ameritaba pues todo había sido de proceder incorrecto e ilegal.

Para el martes todo estaba decidido ya. Se había presentado una lista con 16 candidatos (inicialmente eran 20, pero renunciaron tres y descalificaron a Ríos) aptos para poder ser elegidos. Esta vez sí se debía tener en cuenta el accionar de un proceso transparente, de un proceso que no infrinja las leyes orgánicas de nuestra Carta Magna. Pero no fue así. Otro desajuste se dio a conocer el miércoles 20.

Perú21 descubrió que hubo algunos manoseos en cuanto a la evaluación de los veinte candidatos ahora en cuestión. Se sabe que para poder designar a estos candidatos se debe tener en cuenta primordialmente dos cosas: la evaluación curricular y una entrevista personal. Pues para estos 20 candidatos sólo se entregó las notas de la evaluación curricular. ¿Cómo entonces se pudo haber designado a estos 20 con sólo una evaluación curricular? Nadie la tiene clara.

Hasta el momento todo prosigue por el mismo cauce, los 16 candidatos (dudosamente pre-elegidos) esperan cual candidata de belleza, a ver si le entregan su corona, no importa cual sea el precio.

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